Metodología

Ser consciente de la importancia del territorio, de quién lo habita, con qué espacios cuenta y de qué herramientas dispone convierte a un pueblo en decrecimiento, en un pueblo capaz de decidir su propio futuro

Eduardo Galeano

¿Qué es un círculo transformador?

Es un espacio grupal, seguro y horizontal y dirigido por una facilitadora o facilitador. En los círculos se participa de manera activa, ya sea compartiendo o escuchando. Se proponen temas de interés personal o profesional y se invita a los participantes a la autoreflexión, el autoconocimiento y a la aceptación propia y de los demás.

Estos espacios están sometidos por acuerdos como la confidencialidad, la seguridad, el respeto, el lenguaje consciente, el no juicio, la responsabilidad y el compromiso del individuo, la comunicación empoderada, el reflejo positivo de las demás, y el autoconocimiento. Están creados para conocernos y descubrirnos desde la propia experiencia, para indagar en la sabiduría colectiva partiendo del propio sentir. Toda propuesta que se desee compartir con el grupo será escuchada y respetada.

Es un viaje en compañia donde se siente a la vez la fuerza y el apoyo del grupo.

¿Qué fases tiene un círculo de transformación?

A su vez, todo círculo tiene unas características que lo convierten en un elemento único transformador.

FASE 1._ DIAGNÓSTICO

En la búsqueda de empoderar a las mujeres y construir un entorno inclusivo y transformador, se lleva a cabo un enfoque integral que aborda diversas dimensiones. En primer lugar, se realiza un exhaustivo análisis de las necesidades específicas de las mujeres, reconociendo sus inquietudes y aspiraciones individuales. Este análisis actúa como punto de partida para la creación de un espacio de transformación que fomente la confianza, seguridad, accesibilidad, transferencia de conocimiento, colaboración y creatividad.

El proceso va más allá de la formación convencional, buscando iniciar un profundo sentido de pertenencia a la tribu. Este sentido de comunidad y apoyo mutuo se fortalece a través del fomento del autoconocimiento, conectando a las mujeres con su propósito y brindándoles las herramientas para identificar su misión, visión y valores personales.

Para asegurar una perspectiva intergeneracional e interdisciplinaria, se establece una comisión conformada por mujeres de diversas edades y campos de expertise. Esta comisión se convierte en el corazón de la comunidad, facilitando la transferencia de conocimiento y experiencias entre generaciones y disciplinas.

Finalmente, se da forma al contenido y estructura de la formación, abordando no solo aspectos técnicos, sino también aspectos emocionales y de desarrollo personal.

Este enfoque integral se traduce en una iniciativa que no solo capacita a las mujeres en habilidades concretas, sino que también nutre su crecimiento personal y profesional, promoviendo la igualdad y el empoderamiento en todos los niveles.

FASE 2._ PLANIFICACIÓN Y FORMACIÓN

En la fase dos de este ambicioso proyecto de empoderamiento femenino, se da un paso hacia la construcción de redes sólidas y colaborativas. Se inicia la tarea de hacer sinergias a nivel local, comarcal, regional y más allá, reconociendo la importancia de conexiones sólidas para el crecimiento y la influencia colectiva. La formación competencial se intensifica, brindando a las mujeres las habilidades y conocimientos necesarios para destacar en sus respectivos campos.

Un elemento crucial de esta fase es la oportunidad de codiseñar proyectos, tanto individuales como colectivos. Se fomenta la creatividad y la colaboración, permitiendo que las mujeres contribuyan activamente a la construcción de su propio destino y al avance de la comunidad en su conjunto. La participación activa se convierte en un principio rector, empoderando a las mujeres a expresar sus ideas y liderar iniciativas que generen un impacto positivo.

La consolidación de estos esfuerzos se busca a través de acuerdos establecidos dentro de la tribu, fortaleciendo los lazos y compromisos para avanzar hacia metas comunes. Para enriquecer aún más la perspectiva, se crea una comisión interdisciplinar que incluye personas y entidades colaboradoras externas. Esta comisión se convierte en un espacio de intercambio de ideas y recursos, ampliando la influencia del proyecto y promoviendo la diversidad de enfoques para abordar desafíos complejos. En conjunto, esta fase impulsa el empoderamiento de las mujeres a través de la colaboración, la educación continua y la creación de proyectos significativos.

En conjunto, esta fase impulsa el empoderamiento de las mujeres a través de la colaboración, la educación continua y la creación de proyectos significativos.

FASE 3._ ACCIÓN, IMPACTO y EVALUACIÓN

La fase tres representa la culminación de la visión de empoderamiento femenino, centrándose en la creación de un modelo de escuela replicable y sostenible. Este plan no solo busca fortalecer la comunidad existente, sino también expandir su impacto a través de la creación de proyectos locales inspirados en el éxito de la escuela. Se aspira a provocar un “efecto mariposa”, donde el empoderamiento de las mujeres en un lugar tenga repercusiones positivas en otras comunidades.

La constitución de proyectos locales se convierte en el medio para llevar a cabo este proceso de expansión. Cada proyecto está diseñado para adaptarse a las necesidades y características específicas de la comunidad en la que se implementa, permitiendo que el empoderamiento femenino se arraigue y florezca de manera única en cada entorno.

La consigna es “crecer en tribu”, subrayando la importancia de mantener y fortalecer la conexión entre las mujeres. A medida que la escuela se expande y los proyectos locales se desarrollan, la tribu se convierte en un tejido aún más interconectado de apoyo, colaboración y empoderamiento mutuo. Este enfoque no solo promueve el crecimiento individual, sino que también contribuye al desarrollo sostenible y equitativo de las comunidades en su conjunto.

En última instancia, la fase tres no solo representa el cierre de un ciclo, sino el comienzo de un movimiento continuo hacia la igualdad de género, la autonomía femenina y la construcción de sociedades más justas y colaborativas. La escuela, ahora convertida en un faro de inspiración y cambio, ilumina el camino para que las mujeres continúen creciendo, aprendiendo y empoderándose en todas las etapas de sus vidas.